miércoles, 27 de junio de 2012

Desde mi Getsemaní

Señor, aparta de mi éste cáliz...

Aparta de mi éste cáliz, ésta sensación de angustia que me consume. Aparta de mí ésta sensación de soledad infinita, de abandono y de tristeza que me invade irremediablemente; y si no es posible, acompáñame tú.
Ayúdame a traspasar la necesidad de lanzar al viento todas esas lágrimas que durante tanto tiempo quedaron reprimidas y fueron catalputadas; ayúdame a reconstruir de nuevo esta armadura que se cae a pedazos entre el ruido estrepitoso. Aparta de mí todas estas voces que ahora me persiguen y hacen que se abra cada poro de mi piel emanando lágrimas y más lágrimas que brotan, al fin, de un interior tan desconocido; y si no es posible, acompañame tú.
Barre de mi mente y de mi corazón todas esas carencias con las que he llegado hasta aquí. Ayúdame a encontrar un sentido a mi vida, aunque sea uno sólo; porque en estos momentos me aferraría a él con todas mis fuerzas; un solo motivo por el que levantarme cada mañana y, si puede ser, que no se me antoje patético; y si no es posible acompáñame tú.
Ojalá pudieses tomar forma, aunque fuera por un instante y abrazarme fuerte... y llorar en tus brazos como cuando un padre consuela a su hijo.

... pero no se haga mi voluntad sino la tuya.

Una amiga.

...

No hay comentarios:

Publicar un comentario