reflexiones en el camino

 
Viaje en chanclas
Vicente Rocamora

La vivencia espiritual supone evolución, transformación, de no ser así, hemos de suponer que nacemos perfectos.
Vivir es como viajar en tren, un largo viaje en el que el ocupante del asiento de al lado, no siempre es la misma persona.
Un compañero de viaje es alguien que atiende a sus asuntos y hace su vida al margen de la nuestra, pero que por unos minutos u horas, comparte un poco de él con nosotros, pues incluso en los silencios compartimos nuestra esencia personal.
Los viajes empiezan y terminan, porque los pies no se detienen al llegar, y así toca ahora ir a Galilea, esta vez en chanclas.
¿Quién me lo iba a decir? Rumbo a Galilea calzado con la humildad de unas chanclas.
La ventaja de caminar con tan humilde calzado, es que notaría enseguida el contraste con una corbata, pues el traje desentona con el pie desnudo, y así la vanidad se descubre pronto.
Caminar, viajar, evolucionar, vivenciar, asimilar.
Dejar atrás lugares y gentes, emociones y sonidos.
Crecer espiritualmente es un acto de voluntad, de trabajo, de atención, pero sobre todo de voluntad.

Dios no creó todo él mismo, se limitó a expresar su voluntad de que las cosas se crearan.
Y las cosas se crearon y evolucionaron bajo la mirada reguladora de su creador.
La creación es un acto de voluntad, y para expresar voluntad de algo hay que saber que lo que se quiere construir.
Así, Dios creó lo que ya existía en su mente, de modo que todo lo que es, ya lo era antes de ser creado, como la estatua que ya existe en el interior de una roca, antes de que el escultor aplique el cincel sobre la dura materia.

Todo existe en la mente de su creador, antes de que la voluntad de crear lo convierta en algo real; la creación, es un acto de pensamiento creativo.
Querer ser de algún modo, es el primer paso para ser, saber el modo en el que queremos ser es el paso siguiente, y la voluntad de ser de ese modo es lo determinante.
Una vez creado el modelo lo imitamos en el mundo real.

¿Y si el modelo fuera la evocación de un ejemplo, personificado en alguien? ¿Y si el modelo fuera lo que ha llegado hasta nosotros de Cristo?
No seré tan vanidoso como para pensar que puedo llegar a alcanzar una meta tan alta.
¿Porqué no construirme a mi mismo creando un modelo ideal, que parta de la inspiración de un ejemplo de virtud ajena?
Por eso; disculpadme si os ofende, necesito al Cristo humano, para saber que la Virtud es alcanzable.

El artesano trabaja solo, en su taller, golpe a golpe el cincel desbasta lo sobrante para dar forma a la figura anhelada.

La vida humana es el material en el que construir, una construcción móvil a lo largo de un viaje repleto de experiencias.
Cada uno carga con su obra en ciernes a lo largo del viaje, y observa la creación del compañero del asiento de al lado, se inspira, se copia, desaprueba, alaba, y crea.



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